La Fundación Sergio Alonso (FSA) nació con la vocación clara de poner en marcha proyectos de carácter innovador en el ámbito de la educación al entenderla como el pilar fundamental de la sociedad. FSA cuenta con sus proyectos propios en este ámbito, pero también colaboramos con otras instituciones que desarrollan iniciativas de alto valor social y que apoyamos a través de nuestra convocatoria anual de ‘Compromiso Social’.
Acabamos de cerrar la del año 2020, un año complicado que ha venido marcado por la pandemia sanitaria ocasionada por la COVID-19. En ese sentido, las entidades del tercer sector han sido un elemento clave en la respuesta a muchas necesidades sociales. Hay que dar la enhorabuena a todas ellas porque, a pesar de las dificultades, han seguido adelante con sus proyectos, adaptándose a los cambios que se iban produciendo.
Dentro de los programas socieducativos de la convocatoria de Compromiso Social, FSA ha llegado, a lo largo de 2020 y 2021, a unas 7.000 personas que se han visto beneficiadas por proyectos cofinanciados por la Fundación Sergio Alonso.
Una de las líneas prioritarias fue el de impulsar procesos de transformación digital, así como mejorar el acceso y el conocimiento de la tecnología. Es el caso del proyecto ‘Codifica Futuros’ de la Fundación Canaria Farrah para la Cooperación y el Desarrollos Sostenible. Se trata de un laboratorio de alfabetización digital y audiovisual, con programas formativos en código y programación, robótica y producción audiovisual, que cuenta tanto con aulas permanentes como con un aula itinerante, en los barrios más vulnerables de Las Palmas de Gran Canaria.
FSA colabora con esta iniciativa desde hace 4 años. Solo entre 2020-2021 han participado 98 personas – 49 niños y niñas (4-11años); 49 adolescentes (12-16 años)- en situación o riesgo de exclusión social y digital en barrios vulnerables de Gran Canaria (San Nicolás, San Juan, La Paterna y barrios colindantes).
Otro de los proyectos que trabajan en esta línea es ‘Cerca de TIC’ de la Asociación Me Sumaría y cuyo objetivo es reducir las desigualdades sociales y educativas mediante un programa personalizado de refuerzo escolar e intervención sociofamiliar al alumnado en situación de vulnerabilidad, colaborando con universitarios voluntarios como referentes educativos, además de formar en alfabetización digital a las familias para reducir la brecha digital.
Me Sumaría logró en este periodo realizar 698 horas de sesiones de refuerzo educativo telemáticas adaptadas dirigidas a 24 estudiantes. Además, se realizaron 4 talleres de alfabetización digital en los que participaron 14 familias. También realizaron sesiones de orientación pedagógica familiar para 28 familias. Y se realizaron colaboraciones con 4 centros educativos de Gran Canaria.
Se formó a 34 universitarios como referentes educativos, de los que 26 acabaron vinculados al proyecto. Se realizaron 5 talleres dirigidos a estudiantes universitarios en los que se abordó la importancia del compromiso personal y social. En total, 165 estudiantes universitarios se han beneficiado de los talleres de sensibilización.
FSA también colaboró en esta edición con una institución como es Ciudad San Juan de Dios. En concreto, la financiación recibida sirvió para potenciar el Plan de Transformación Digital impulsado por la entidad con el fin de adaptarse a los cambios que ha provocado la Covid-19 – renovación de equipos, softwares o aprendizaje para su uso-. En total, este proyecto ha beneficiado a 187 personas (81 usuarios, 81 familias y 25 profesionales).
Fuimos partícipes del programa ‘Tamadaba Ansite’ desarrollado por Cáritas con el objetivo de acoger y atender las necesidades de las familias, de cara a producir procesos de promoción social que provoquen mejoras en la autonomía y empoderamiento, siguiendo un modelo integral de acogida, acompañamiento, formación, promoción y transformación de la realidad. El perfil de los hogares acompañados es mayoritariamente: mujeres (63%) de nacionalidad española (59,7%), con hijos a cargo (47%). En total, el programa dio cobertura a unas 6.200 personas.
Dentro del ámbito de las personas con discapacidad, FSA colaboró con el proyecto ‘Aprendiendo a aprender’ de las Asociación de Discapacitados del Noreste de Gran Canaria (Adisnor) con la que se ha podido mejorar las competencias básicas elementales (lectoescritura, cálculo básico, habilidades sociales para la vida diaria) de 25 personas de entre 16 y 35 años. De forma indirecta, esta iniciativa a supuesto un apoyo para 32 familias.
También hemos colaborado en proyectos educativos de cooperación al desarrollo a través de dos instituciones de gran prestigio como son Unicef y la Fundación Vicente Ferrer, ambas sinónimo de buen hacer y capacidad de transformación.
El programa ‘Escuelas para África’ de Unicef ha tenido que transformarse en este periodo de pandemia sanitaria. Es por ello, que la financiación de FSA se ha ido a para el programa que se desarrolla en Guinea Bissau y ha ayudado en la elaboración de un Plan de Contingencias para adaptar la educación a las circunstancias COVID a través de la compra de productos de limpieza, mascarillas, hidrogeles. También, en los meses de cierre escolar, se ha propiciado la elaboración de clases radiofónicas y a través de la televisión.
El programa de dotación de becas para asegurar acceso a estudios superiores desarrollado por la Fundación Vicente Ferrer también ha sufrido las consecuencias de la pandemia. Aún así, la financiación procedente de la Fundación ha llegado a 120 estudiantes de secundaria (60 chicas y 60 chicos) con edades entre 17 y 20 años y pertenecientes a castas desfavorecidas de las zonas las rurales de los distritos de Anantapur y Kurnool, Andhra Pradesh, India. Han sido elegidos en 2019 para cursar los 2 años del preuniversitario en el Sri Chaitana College de Vijayawada. Entre ellos, 86 (43 chicos y 43 chicas) han elegido el área de Matemática, Física y Química y los 34 restantes (17 chicos y 17 chicas) optaron por Ciencias Biológicas y Física.
Fundación Sergio Alonso ha destinado un total de 77.477,53 euros a estos proyectos de ámbito socioeducativo. Una inversión que ya está retornando a la sociedad en aspectos tan esenciales como la reducción de la brecha digital, la mejora del rendimiento académico de muchas niñas y niños, el acceso a la tecnología para personas con discapacidad o la mejora de sus habilidades. Todo esto sin olvidarnos de la situación en otros países como son Guinea Bissau e India donde hemos podido contribuir a la mejora de su vida. Nos sentimos muy orgullosos de los pequeños grandes cambios que vamos logrando.